La alimentación de las persones con diabetis tipo 2 debe ser la misma que la del resto de la población: una alimentación sana y adaptada a cada individuo que incorpore alimentos de todos los grupos. Aún así, la diabetes requiere un control especial de aquellos alimentos ricos en hidratos de carbono que se incluyen en cada comida, para evitar así oscilaciones en los niveles de glucosa en sangre. El objetivo básico de la alimentación, aparte de aportar todos los nutrientes imprescindibles para el cuerpo, es mantener lo más estables posibles los niveles de glucosa en sangre.
Los hidratos de carbono son uno de los principales nutrientes y una de las fuentes de energía más importantes para nuestro organismo. El sistema digestivo los convierte en glucosa (azúcar), que pasa a la sangre y se reparte por todo el cuerpo para ser utilizada como energía.
Porque el consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono eleva el nivel de glucosa (azúcar) en sangre: cuando el organismo transforma los hidratos de carbono en glucosa, ésta circula por el torrente sanguíneo, aumentando así el nivel de la glucosa en la sangre. El control de la cantidad de hidratos de carbono que se ingieren a lo largo del día, es esencial para mantener adecuados sus niveles de glucosa.
Los encontramos en los diferentes grupos de alimentos. Será imprescindible incorporar alimentos de
cada uno de ellos para poder llevar una dieta sana y equilibrada:
La Leche y el yogur tienen un contenido moderado de hidratos de carbono; por el contrario, los quesos casi no contienen. Escogerlos preferentemente desnatados o semi, aunque también se pueden incluir quesos secos o curados en pequeñas cantidades.
Son el grupo de alimentos con mayor aporte de hidratos de carbono, principalmente el arroz, la pasta alimenticia, la patata, las legumbres, el pan y los cereales. También se incluyen en este grupo otros derivados de los cereales, como las galletas o los productos de pastelería. A pesar de que el contenido en hidratos de carbono es similar, se recomienda elegir productos integrales pues tienen una mayor riqueza nutricional y pasan a la sangre de forma algo más lenta.
Contienen hidratos de carbono en forma de azúcares, como glucosa, fructosa y sacarosa. Mejor frutas de temporada, pues conservan mejor sus propiedades nutricionales. Se recomienda tomarlas con piel (muy bien lavadas), siempre mejor que en forma de zumo.
La mayoría de ellas aportan pocos hidratos de carbono y una interesante cantidad de fibra, por lo que su efecto sobre la glucosa en sangre es bajo siempre que no se tomen grandes cantidades. Si es posible, hortalizas de temporada, pues conservan mejor sus propiedades nutricionales. Combine el consumo de hortalizas crudas (ensaladas) con hortalizas cocidas.
Las carnes, los pescados, los huevos y sus derivados contienen principalmente proteínas y grasas por lo que están casi libres de hidratos de carbono. Preferir aquellos alimentos con menor contenido graso y utilizar cocciones ligeras, como plancha, horno o brasa.
Los aceites, la mantequilla, la margarina o la nata están libres de hidratos de carbono. Utilizar preferentemente aceite de oliva, tanto para la cocción como para el aliño, y reducir el consumo de otras grasas, como la mantequilla, la margarina o la nata. Los frutos secos también son una buena fuente de grasa saludable.
Los hidratos de carbono o carbohidratos son la base de la alimentación de la población mundial. Su función principal en el organismo es proporcionar energía, por lo que se deberá adecuar su consumo total según la actividad física realizada por cada persona. Según su estructura se dividen en:
Azúcares: como la glucosa, sacarosa (o azúcar de mesa), fructosa (azúcar de la fruta) o lactosa (azúcar de la leche). Están constituidos por una o dos moléculas, por lo que se absorben con gran rapidez.
Almidones: son grandes moléculas compuestas por gran cantidad de unidades de glucosa, por lo que su absorción es algo más lenta que la de los azúcares.
Fibra: como la celulosa o la hemicelulosa; son hidratos de carbono que no pueden ser digeridos por el aparato digestivo y, por tanto, incrementan el volumen de las heces y aumentan la sensación de saciedad pero no afectan a los niveles de glucemia.
Es fundamental tener en cuenta que tanto los azúcares como los almidones aumentan los niveles de glucosa en sangre. No tiene tanta importancia valorar si un alimento contiene más o menos azúcares, sino conocer el total de hidratos de carbono que
aporta.
La cantidad de hidratos de carbono de los diferentes alimentos y sus equivalencias se pueden encontrar en nuestro apartado de equivalencias Para facilitar si intercambio hemos elaborado un sistema que utiliza un sobre de azúcar de 10g. Así, el contenido en hidratos de carbono de cada alimento se relaciona con la una cantidad de sobres de hidratos de carbono. Por ejemplo, una manzana contiene 20g de hidratos de carbono, por lo tanto serán 2 sobres de azúcar; 2 galletas también contienen 20g de azúcar=2 sobres, por lo que se podría intercambiar ambos alimentos, pues su contenido es el mismo. Una forma de establecer una alimentación equilibrada para el tratamiento de la diabetes es el método del plato. Con este método se consigue combinar correctamente los distintos grupos de alimentos y conseguir equivalencias en HC. Puedes conocer más sobre este método en nuestra aplicación.
No se puede establecer una cantidad fija de hidratos de carbono para cada persona sino que ésta depende de factores como la edad, peso, talla, actividad física o tipo de medicación utilizada. Por ello, será su especialista quien le oriente sobre la cantidad y distribución diaria de los hidratos de carbono en su alimentación habitual. No obstante, la calculadora de hidratos de carbono le ayudará a tener una estimación de las cantidades de hidratos de carbono y una distribución en 3 o 5 comidas al día. Se debe tener en cuenta que esta calculadora utiliza unos porcentajes predeterminados promedio de la población general. Es posible que su especialista deba adaptar los valores de la calculadora a su situación personal.