El ayuno está asociado a la historia del ser humano. Durante la mayor parte de la evolución el acceso a los alimentos ha sido limitado, por lo que era habitual combinar periodos de ayuno con otros periodos de ingesta más o menos abundante. La aparición de la agricultura permitió tener alimentos siempre disponibles, con lo que el ayuno pasó a realizarse por otros motivos, como los religiosos.
El ayuno intermitente aparece hace unos cuantos años como una estrategia centrada en la mejora de la salud. Se da más importancia a cuando se come que en aquello que se come, marcando unos tiempos en los que se ayuna y otros durante los cuales se permite la ingesta. Así, no todos los tipos de ayuno son iguales, pudiéndose agrupar en diferentes categorías:
En la actualidad, se investiga el efecto beneficioso que pueda tener esta forma de alimentación en las personas con diabetes tipo 2. Se han descrito algunos aspectos beneficiosos, como la disminución de las dosis y el aumento de la sensibilidad a la insulina, la mejora de los niveles de presión arterial o un mejor control del apetito. Sin embargo, todavía serán necesarios más estudios para establecer estos beneficios con mayor evidencia científica.
En cualquier caso, los estudios indican dos potenciales efectos del ayuno intermitente relacionados con la diabetes: la pérdida de peso y la mejora de los niveles de glucosa en sangre. Cuando se compara la aplicación de ayuno intermitente con el seguimiento de una pauta hipocalórica (la tradicional “dieta” baja en calorías) los resultados son similares en ambos tipos de pautas. Es decir, al limitar el horario de las ingestas se conseguirían efectos similares a los que ofrece una típica pauta baja en calorías, la cual es bien conocida por ser muy difícil de seguir a largo plazo.
Los estudios mostrarán definitivamente si el ayuno intermitente puede ser una estrategia más para el tratamiento de la diabetes, especialmente en personas que tengan dificultades en seguir una pauta de alimentación en la que se realiza una estricción de la energía diaria. Por supuesto, se debe resaltar que no se trata de un efecto milagroso ni la “nueva” cura de la diabetes. Es solamente una estrategia más para mejorar la gestión de la alimentación en la diabetes.
Por otro lado, realizar ayuno intermitente en personas con diabetes se ha asociado también a algunos riesgos. El principal es la aparición de episodios de hipoglucemias, en especial, en personas que siguen tratamiento con insulina o con determinados fármacos orales. Es por ello, que en estos casos es imprescindible la información y el consejo del equipo sanitario para poder realizar cambios en la alimentación sin que se alteren los niveles glucémicos.
Hay que recordar que existen algunas bebidas que no rompen el ayuno, y por tanto se pueden consumir durante este período de restricción alimentaria como es el agua, las infusiones, te o el café solo sin azúcar.
En definitiva, el ayuno intermitente se está posicionando como una herramienta más en el tratamiento de la diabetes, pero este será complementario a la alimentación equilibrada y ajustada en hidratos de carbono como base de tratamiento para el buen control de la diabetes.
Referencias: