Hasta la fecha, la pérdida de peso en personas con sobrepeso u obesidad se planteaba como una estrategia para prevenir y/o mejorar la diabetes tipo 2, puesto que sabemos que la prevalencia de sufrir diabetes tipo 2 incrementa con la presencia de obesidad y con la edad.
Sin embargo, por otro lado, también algunos estudios1-3 asocian la pérdida de peso en personas mayores con un aumento de la mortalidad (a cuanto más peso perdido, más mortalidad). ¿A qué se debe este hecho? Pues a que la pérdida de peso general implica también una pérdida no intencionada de masa muscular, relacionándose así con varios problemas de salud como sarcopenia, deterioro funcional, malnutrición y fragilidad.
Esta reflexión ha hecho que se estudie si realmente seguir una dieta estricta para perder peso en diabetes tipo 2, sobre todo en personas mayores, sería la mejor opción.
¿Una alimentación saludable, sin focalizarse en la pérdida de peso, podría ayudar en la diabetes tipo 2?
Rotundamente, sí. Según las últimas investigaciones publicadas4, mantener una alimentación saludable (con o sin exceso de peso corporal) no aumenta el riesgo de diabetes tipo 2, hecho que sí se ve en personas con una mala alimentación (baja en productos de origen vegetal y rica en productos refinados y ultraprocesados).
En concreto, en una de las investigaciones realizadas en IDIBAPS4, para valorar la relación entre dieta, obesidad y riesgo de la enfermedad se analizó la microbiota intestinal de los participantes, que ejerce un papel esencial en el desarrollo de la diabetes tipo 2. Los resultados mostraron como aquellas personas que no seguían una dieta saludable presentaban un patrón de bacterias con mayor riesgo patológico respecto a aquellas que se alimentaban de una forma saludable. Así pues, se demostró que la calidad de la dieta y la microbiota intestinal van de la mano y son más importantes que el exceso de peso en sí, cuando hablamos del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
De este modo se abre un nuevo paradigma frente a las estrategias dietéticas aplicables en pacientes mayores prediabéticos o diabéticos hasta la fecha. Centrándose así, en recomendar una alimentación de calidad y más saludable (rica en alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, frutos secos, cereales no refinados, y acompañada de alimentos de origen animal de calidad como pescado azul, huevos y carne magra) que no recomendar dietas restrictivas enfocadas solo en la pérdida de peso.
Si quieres saber más curiosidades sobre la microbiota intestinal consulta el artículo “Mima tu microbiota”.