Durante años hemos pensado que la pérdida de peso se controlaba únicamente sumando y restando calorías, pero ahora, según un reciente estudio publicado en la Universidad de Yale, vemos que el tema es más complejo. El estudio ahonda en la cuestión de que los sustitutos del azúcar, al margen de sus calorías, son obstáculos en nuestra lucha por adelgazar. El problema se da cuando la dulzura percibida y las calorías no están equilibradas: cuando el sabor dulce y las calorías no se alinean, ya sea por defecto o por exceso, el metabolismo del cuerpo es engañado y no registra las calorías consumidas, lo que podría desencadenar una respuesta metabólica mayor y, por lo tanto, ser más dañino. A continuación os mostramos algunos artículos con más información sobre el tema: